A primera vista podría pensarse que la principal “cualidad” de Mr Big, el amado de Carrie de Sexo en Nueva York, es que tiene miedo al compromiso y problemas para dejarse llevar por la intimidad sentimental. Pero no es así:El principal problema de Mr Big es que, es
inalcanzable, pero no porque sea demasiado rico, ni demasiado guapo, ni
demasiado perfecto. Tampoco porque tenga un trauma pasado que Carrie
tiene que ayudarle a superar, sino porque, en realidad o no quiere a la
protagonista, o se quiere mucho más a sí mismo.El síndrome de Mr. Big no sólo lo padece él, sino todas las Carries de este mundo, las que volvemos a tropezar de nuevo con el mismo hombre
esperando que esta vez sea diferente y que se dé cuenta que somos
la mujer de su vida con la esperanza de que finalmente cambie.
Tropezar con la misma piedra
Nuestros Mr Big particulares tienen el talento de herirnos
repetidamente más que nadie, aunque no se den ni cuenta, porque para
ellos lo primero son ellos, su trabajo, su posición social, su vida…
Los llamamos el “amor de nuestra vida” pero no
porque nos complementen y nos completen más que nadie sino porque la
repetición y los encuentros y desencuentros magnifican el vínculo e idealizan la magia de la relación de pareja. ¿De verdad creemos que es casualidad que las grandes historias de amor estén trufadas de problemas y obstáculos insalvables?
Basta con que nuestro Mr. Big personal vuelva a nosotras, aunque ni
siquiera nos lo suplique ni demuestre arrepentimiento ni pida perdón,
para que nuestro corazón se vuelva loco otra vez. ¡Ahora sí! Nos ha
escogido, se ha dado cuenta. Pero volverá a las andadas de nuevo y nos destrozará
el corazón con su egoísmo porque sólo nosotras sentimos la magia y sólo
nosotras estamos dispuestas a anteponer la relación a nuestros deseos,
nuestros sueños, nuestro trabajo, nuestros amigos y familia y nuestro
propio yo. Algo que visto con la mente despejada no resulta precisamente
atractivo.
Fascinadas por los chicos malo
Por el camino vamos perdiendo a algunos hombres buenos. Un
estudio de la Universidad Británica de Columbia ha llegado a la
conclusión de que las mujeres no nos sentimos atraídas por los hombres sonrientes, felices y con caras amables o simpáticas.
Según esta investigación que mostró fotografías de hombres con diversas
expresiones en sus caras, preferimos los engreídos, orgullosos,
desafiantes y canallitas. Casi mejor nos lo hacemos mirar.¿No es mejor un amor que nos acepte como somos y por el que no
tengamos que aniquilar aspectos de nuestra vida y de nuestra
personalidad?
Nuestro yo más indefenso
Nuestro Mr Big representa nuestra fascinación por el amor,
nuestro yo más débil que se ilusiona y se obsesiona con un hombre que
no está a la altura de nuestros deseos; un yo que piensa que tiene una gran suerte porque este
hombre poderoso, fuerte, inteligente (o lo que sea) se ha fijado en
nosotras y, lo peor de todo, que en el fondo no nos merece cuando piensa que puede hacer lo que quiera con nosotras…
Trabajemos nuestra autoestima mientras nos negamos a reincidir con un antiguo amor que ya nos ha
destrozado una vez o con un hombre que es exactamente igual que él.
Aunque duela. Porque, si no, nos pasaremos la vida esperando, dentro o
fuera de una relación con él, y acusando golpes cada vez más dolorosos y
humillantes.
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