El descubrimiento de Jack Andraka podría resultar uno de los más importantes en los últimos años, aunque no tenga la prensa necesaria por diferentes factores.
Uno de ellos, las directas consecuencias que podría traer este nuevo método sobre la millonaria industria alrededor del cáncer, manejada por los grandes laboratorios y prestadores médicos.
Nacido en Crownsville, Maryland, este joven inventó un sensor de papel capaz de detectar en cinco minutos tres tipos de cáncer: el de páncreas, de ovario y de pulmón.
Lo más increíble es que esta prueba tiene un costo de 3 centavos de dólar, por lo tanto, es 26 mil veces más barato, 168 veces más rápido y 400 veces más sensible que los métodos actuales para detectar el cáncer.
Los especialistas consideraron que una vez que este sensor, de patente en trámite, entre al mercado, los índices de supervivencia del cáncer de páncreas, que actualmente son de 5.5%, podrían pasar a casi el 100%.
Afirman también que este invento podría utilizarse para detectar otras enfermedades como Alzheimer, otras formas de cáncer o HIV. Sin embargo, se podría tardar entre 5 a 10 años en conseguir los permisos necesarios para su utilización.
El joven de 16 años contó que tomó la iniciativa cuando uno de sus familiares murió de cáncer de páncreas, y se interesó por investigar sobre esta enfermedad.
La mecánica fue utilizar anticuerpos y entretejerlos en una red de nanotubos de carbono, de modo que se obtiene un marcador que únicamente reacciona a cierta proteína, explicó.
La mecánica fue utilizar anticuerpos y entretejerlos en una red de nanotubos de carbono, de modo que se obtiene un marcador que únicamente reacciona a cierta proteína, explicó.
Apuntó que la ciencia no debería ser un lujo, y que debería ser un derecho humano fundamental, “el derecho de acceso a la información debe ser de todos, no sólo de los que pueden pagar”, según expresó.
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